Fondare 293 Risultati per: Alianza
«Haya alianza entre nosotros, como entre mi padre y tu padre; te envío plata y oro. Anda, rompe tu alianza con Basá, rey de Israel, para que se aleje de mí.» (II Crónicas 16, 3)
Pero Yahveh no quiso destruir la casa de David, a causa de la alianza que había hecho con David, porque le había prometido que le daría siempre una lámpara a él y a sus hijos. (II Crónicas 21, 7)
Toda la asamblea hizo alianza con el rey en la Casa de Dios; Yehoyadá les dijo: «Aquí tenéis al hijo del rey que ha de reinar, como dijo Yahveh de los hijos de David. (II Crónicas 23, 3)
Entonces Yehoyadá pactó alianza con todo el pueblo y el rey de que el pueblo sería pueblo de Yahveh. (II Crónicas 23, 16)
Pero ahora he decidido en mi corazón hacer alianza con Yahveh, el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el furor de su ira. (II Crónicas 29, 10)
Subió el rey a la Casa de Yahveh con todos los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes y los levitas, y todo el pueblo desde el mayor hasta el menor, y leyó a sus oídos todas las palabras del libro de la alianza que había sido encontrado en la Casa de Yahveh. (II Crónicas 34, 30)
Y puesto en pie junto a la columna, hizo el rey alianza en presencia de Yahveh, para andar tras de Yahveh y guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus preceptos, con todo su corazón y con toda su alma, cumpliendo las palabras de la alianza escritas en aquel libro. (II Crónicas 34, 31)
Hizo que la aceptaran cuantos se hallaban en Jerusalén y en Benjamín. Y los habitantes de Jerusalén hicieron conforme a la alianza de Dios, el Dios de sus padres. (II Crónicas 34, 32)
Hagamos alianza con nuestro Dios de despedir a todas las mujeres extranjeras y a los hijos nacidos de ellas, conforme al consejo de mi señor y de los temerosos de los mandamientos de nuestro Dios. Hágase según la Ley. (Esdras 10, 3)
Y dije: «Ah, Yahveh, Dios del cielo, tú, el Dios grande y temible, que guardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos; (Nehemías 1, 5)
Hallaste su corazón fiel ante ti, con él hiciste alianza, para darle el país del cananeo, del hitita y del amorreo, del perizita, del jebuseo y del guirgasita, a él y a su posteridad. Y has mantenido tu palabra, porque eres justo. (Nehemías 9, 8)
Ahora, pues, oh Dios nuestro, tú, Dios grande, poderoso y temible, que mantienes la alianza y el amor, no menosprecies esta miseria que ha caído sobre nosotros, sobre nuestros reyes y príncipes, nuestros sacerdotes y profetas, sobre todo tu pueblo, desde los tiempos de los reyes de Asiria hasta el día de hoy. (Nehemías 9, 32)