Fondare 35 Risultati per: Ben-Hadad

  • Murió Jusam, y reinó en su lugar Hadad, hijo de Bedad, el que derrotó a Madián en el campo de Moab; y el nombre de su ciudad era Avit. (Génesis 36, 35)

  • Murió Hadad, y reinó en su lugar Samlá de Masrecá. (Génesis 36, 36)

  • Murió Baal Janán hijo de Akbor, y reinó en su lugar Hadad; el nombre de su ciudad era Pau, y el nombre de su mujer, Mehetabel, hija de Matred, hija de Mezahab. (Génesis 36, 39)

  • Suscitó Yahveh un adversario a Salomón en Hadad, edomita, de la estirpe real de Edom. (I Reyes 11, 14)

  • Pero Hadad consiguió huir con algunos hombres edomitas de entre los servidores de su padre, para irse a Egipto. Era Hadad un muchacho pequeño. (I Reyes 11, 17)

  • Hadad encontró mucho favor a los ojos de Faraón, que le dio por mujer a la hermana de su mujer, la hermana de la Gran Dama Tajfenés. (I Reyes 11, 19)

  • Oyó Hadad en Egipto que David se había acostado con sus padres y que había muerto Joab, jefe del ejército, y dijo Hadad a Faraón: «Déjame partir para ir a mi tierra.» (I Reyes 11, 21)

  • Fue un adversario de Israel toda la vida de Salomón. Este mal hizo Hadad: tuvo aversión a Israel y reinó en Edom. (I Reyes 11, 25)

  • Sacó entonces Asá toda la plata y el oro que quedaban en los tesoros de la Casa de Yahveh y en los tesoros de la casa del rey, se lo dio a sus servidores y los envió a Ben Hadad, hijo de Tabrimmón, hijo de Jezyón, rey de Aram, que habitaba en Damasco, diciendo: (I Reyes 15, 18)

  • Ben Hadad escuchó al rey Asá y envió a los jefes de su ejército contra las ciudades de Israel, conquistando Iyyón, Dan y Abel Bet Maaká, todo el Kinerot y todo el país de Neftalí. (I Reyes 15, 20)

  • Ben Hadad, rey de Aram, reunió todo su ejército. Tenía consigo 32 reyes, caballos y carros. Subió y puso sitio a Samaría y la atacó. (I Reyes 20, 1)

  • para decirle: «Así habla Ben Hadad: Tu plata y tu oro son para mí. Tus mujeres y tus hijos para ti.» (I Reyes 20, 3)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina