Fondare 241 Risultati per: Oye

  • Te dan gracias, Yahveh, todos los reyes de la tierra, porque oyen las promesas de tu boca; (Salmos 138, 4)

  • Presérvame, Yahveh, de las manos del impío, del hombre violento guárdame, los que proyectan trastornar mis pasos, (Salmos 140, 5)

  • Han quedado a merced de la Roca, su juez, los que oyeron con regodeo mis palabras: (Salmos 141, 6)

  • su soplo exhala, a su barro retorna, y en ese día sus proyectos fenecen. (Salmos 146, 4)

  • Antíoco, una vez asentado en el reino, concibió el proyecto de reinar sobre el país de Egipto para ser rey de ambos reinos. (I Macabeos 1, 16)

  • Los mercaderes de la región, que oyeron hablar de ellos, tomaron grandes sumas de plata y oro, además de grilletes, y se fueron al campamento con intención de adquirir como esclavos a los hijos de Israel. Se les unió también una fuerza de Idumea y del país de los filisteos. (I Macabeos 3, 41)

  • Cuando Judas y el pueblo oyeron tales noticias, reunieron una gran asamblea para deliberar sobre lo que habían de hacer para socorrer a sus hermanos puestos en angustia y combatidos de enemigos. (I Macabeos 5, 16)

  • los de Grecia habían concebido el proyecto de ir a exterminarlos, (I Macabeos 8, 9)

  • En cambio, a sus amigos y a los que en ellos buscaron apoyo, les mantuvieron su amistad. Tienen bajo su dominio a los reyes vecinos y a los lejanos y todos cuantos oyen su nombre les temen. (I Macabeos 8, 12)

  • Les entró mucho miedo cuando oyeron que el rey le concedía autorización para reclutar tropas. (I Macabeos 10, 8)

  • Cuando Jonatán y el pueblo oyeron tales ofrecimientos, no les dieron crédito ni los aceptaron, porque recordaban los graves males que Demetrio había causado a Israel y la opresión tan grande a que les había sometido. (I Macabeos 10, 46)

  • Enseguida Heliodoro emprendía el viaje con el pretexto de inspeccionar las ciudades de Celesiria y Fenicia, pero en realidad para ejecutar el proyecto del rey. (II Macabeos 3, 8)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina