Fondare 151 Risultati per: Paso

  • Se puso en marcha el Angel de Yahveh que iba al frente del ejército de Israel, y pasó a retaguardia. También la columna de nube de delante se desplazó de allí y se colocó detrás, (Exodo 14, 19)

  • Pavor y espanto cayó sobre ellos. La fuerza de tu brazo los hizo enmudecer como una piedra, hasta que pasó tu pueblo, oh Yahveh, hasta pasar el pueblo que compraste. (Exodo 15, 16)

  • Yahveh pasó por delante de él y exclamó: «Yahveh, Yahveh, Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y fidelidad, (Exodo 34, 6)

  • pasó los varales por las anillas de los costados del arca, para transportarla. (Exodo 37, 5)

  • y pasó los varales por las anillas a los flancos del altar, para transportarlo así. Hizo el altar hueco, de paneles. (Exodo 38, 7)

  • Tal como Yahveh se lo había mandado, les pasó revista Moisés en el desierto del Sinaí. (Números 1, 19)

  • Como Edom negó el paso a Israel por su territorio, Israel dio un rodeo. (Números 20, 21)

  • Pero Sijón negó a Israel el paso por su territorio; reunió toda su gente y salió al desierto, al encuentro de Israel, hasta Yahás, donde atacó a Israel. (Números 21, 23)

  • Volvió el Angel de Yahveh a cambiar de sitio, y se puso en un paso estrecho, donde no había espacio para apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. (Números 22, 26)

  • El Angel de Yahveh le dijo; «¿Por qué has pegado a tu burra con ésta ya tres veces? He sido yo el que he salido a cerrarte el paso, porque delante de mí se tuerce el camino. (Números 22, 32)

  • Lo mismo que las naciones que Yahveh va destruyendo a vuestro paso, así pereceréis también vosotros por haber desoído la voz de Yahveh vuestro Dios. (Deuteronomio 8, 20)

  • las aguas que bajaban de arriba se detuvieron y formaron un solo bloque a gran distancia, en Adam, la ciudad que está al lado de Sartán, mientras que las que bajaban hacia el mar de la Arabá, o mar de la Sal, se separaron por completo, y el pueblo pasó frente a Jericó. (Josué 3, 16)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina