Fondare 216 Risultati per: Volvió

  • Volvió a llamar Yahveh: «¡Samuel!» Se levantó Samuel y se fue donde Elí diciendo: «Aquí estoy, porque me has llamado.» Elí le respondió: «Yo no te he llamado, hijo mío, vuélvete a acostar.» (I Samuel 3, 6)

  • Volvió el ejército al campamento, y los ancianos de Israel dijeron: «¿Por qué nos ha derrotado hoy Yahveh delante de los filisteos? Vamos a buscar en Silo el arca de nuestro Dios; que venga en medio de nosotros y que nos salve del poder de nuestros enemigos.» (I Samuel 4, 3)

  • Apenas volvió las espaldas para dejar a Samuel, le cambió Dios el corazón y todas las señales se realizaron aquel mismo día. (I Samuel 10, 9)

  • Volvió Samuel con Saúl y éste adoró a Yahveh. (I Samuel 15, 31)

  • Volvió los ojos el filisteo, y viendo a David, lo despreció, porque era un muchacho rubio y apuesto. (I Samuel 17, 42)

  • Cuando volvió David de matar al filisteo, le tomó Abner y le llevó ante Saúl con la cabeza del filisteo en la mano . (I Samuel 17, 57)

  • A su regreso, cuando volvió David de matar al filisteo, salían las mujeres de todas la ciudades de Israel al encuentro del rey Saúl para cantar danzando al son de adufes y triángulos con cantos de alegria. (I Samuel 18, 6)

  • Se lo comunicaron a Saúl y envió nuevos emisarios que también se pusieron en trance. Saúl volvió a enviar mensajeros por tercera vez y también éstos se pusieron en trance. (I Samuel 19, 21)

  • Pero David volvió a jurar: «Save muy bien tu padre que me tienes mucho afecto y se ha dicho: "Que no lo sepa Jonatán para que no se apene." Y, con todo, por Yahveh y por tu vida, que no hay más que un paso entre yo y la muerte.» (I Samuel 20, 3)

  • y siguió gritando detrás del muchacho: «Pronto, date prisa, no te detengas.» Tomó el muchacho de Jonatán la flecha y volvió donde su señor. (I Samuel 20, 38)

  • Se levantó David y se fue, y Jonatán volvió a la ciudad. (I Samuel 21, 1)

  • Hicieron ambos una alianza ante Yahveh; David se quedó en Jorsa, y Jonatán se volvió a su casa. (I Samuel 23, 18)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina