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Los hijos de Oholibamá, mujer de Esaú, fueron: el jeque Yeús, el jeque Yalam, el jeque Coré. Estos son los jeques de Oholibamá, hija de Aná, mujer de Esaú. (Génesis 36, 18)
He aquí los hijos de Seír el jorita, que habitaban en aquella tierra: Lotán, Sobal, Sibeón, Aná, (Génesis 36, 20)
Los hijos de Lotán fueron: Jorí y Hemam, y hermana de Lotán fue Timná. (Génesis 36, 22)
Los hijos de Sobal fueron: Alván, Manájat, Ebal, Sefó y Onam. (Génesis 36, 23)
Los hijos de Sibeón: Ayyá y Aná. Este es el mismo Aná que encontró las aguas termales en el desierto, cuando apacentaba los asnos de su padre Sibeón. (Génesis 36, 24)
Los hijos de Aná: Disón y Oholibamá, hijo de Aná. (Génesis 36, 25)
Estos son los jeques joritas: el jeque Lotán, el jeque Sobal, el jeque Sibeón, el jeque Aná, (Génesis 36, 29)
Murió Saúl, y reinó en su lugar Baal Janán hijo de Akbor. (Génesis 36, 38)
Murió Baal Janán hijo de Akbor, y reinó en su lugar Hadad; el nombre de su ciudad era Pau, y el nombre de su mujer, Mehetabel, hija de Matred, hija de Mezahab. (Génesis 36, 39)
Jacob, por su parte, se estableció en el que fue país residencial de su padre, el país de Canaán. (Génesis 37, 1)
Volvió a tener otro sueño, y se lo contó a sus hermanos. Díjoles: «He tenido otro sueño: Resulta que el sol, la luna y once estrellas se inclanaban ante mí.» (Génesis 37, 9)
Díjole: «Anda, vete a ver si tus hermanos siguen sin novedad, y lo mismo el ganado, y tráeme noticias.» Le envió, pues, desde el valle de Hebrón, y José fue a Siquem. (Génesis 37, 14)