Fondare 189 Risultati per: cortinas del templo

  • Pues yo os digo que hay aquí algo mayor que el Templo. (Mateo 12, 6)

  • Entró Jesús en el Templo y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas. (Mateo 21, 12)

  • También en el Templo se acercaron a él algunos ciegos y cojos, y los curó. (Mateo 21, 14)

  • Mas los sumos sacerdotes y los escribas, al ver los milagros que había hecho y a los niños que gritaban en el Templo: «¡Hosanna al Hijo de David!», se indignaron (Mateo 21, 15)

  • Llegado al Templo, mientras enseñaba se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?» (Mateo 21, 23)

  • Salió Jesús del Templo y, cuando se iba, se le acercaron sus discípulos para mostrarle las construcciones del Templo. (Mateo 24, 1)

  • En aquel momento dijo Jesús a la gente: «¿Como contra un salteador habéis salido a prenderme con espadas y palos? Todos los días me sentaba en el Templo para enseñar, y no me detuvisteis. (Mateo 26, 55)

  • Y entró en Jerusalén, en el Templo, y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania. (Marcos 11, 11)

  • Llegan a Jerusalén; y entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas (Marcos 11, 15)

  • y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo. (Marcos 11, 16)

  • Vuelven a Jerusalén y, mientras paseaba por el Templo, se le acercan los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, (Marcos 11, 27)

  • Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: «¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? (Marcos 12, 35)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina