Fondare 902 Risultati per: espada del Espíritu

  • Y habiendo expulsado al hombre, puso delante del jardín de Edén querubines, y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del árbol de la vida. (Génesis 3, 24)

  • Entonces dijo Yahveh: «No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne; que sus días sean 120 años.» (Génesis 6, 3)

  • De tu espada vivirás y a tu hermano servirás. Mas luego, cuando te hagas libre, partirás su yugo de sobre tu cerviz.» (Génesis 27, 40)

  • Pues bien, al tercer día, mientras ellos estaban adoloridos, dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, blandieron cada uno su espada y entrando en la ciudad sin peligro mataron a todo varón. (Génesis 34, 25)

  • También mataron a Jamor y a Siquem a filo de espada, y tomando a Dina de la casa de Siquem, salieron. (Génesis 34, 26)

  • Aquella mañana estaba inquieto su espíritu y envió a llamar a todos los magos y a todos los sabios de Egipto. Faraón les contó su sueño, pero no hubo quien se lo interpretara a Faraón. (Génesis 41, 8)

  • y dijo Faraón a sus servidores: «¿Acaso se encontrará otro como éste que tenga el espíritu de Dios?» (Génesis 41, 38)

  • Entonces le repitieron todas las palabras que José les había dicho, vio las carretas que José había enviado para trasportarle, y revivió el espíritu de su padre Jacob. (Génesis 45, 27)

  • Yo, por mi parte, te doy Siquem a ti, mejorándote sobre tus hermanos: lo que tomé al amorreo con mi espada y con mi arco.» (Génesis 48, 22)

  • Ellos dijeron: «El Dios de los hebreos se nos ha aparecido; permite, pues, que vayamos camino de tres días al desierto para ofrecer sacrificios a Yahveh, nuestro Dios, no sea que nos castigue con peste o espada.» (Exodo 5, 3)

  • y les dijeron: Que Yahveh os examine y que él os juzgue por habernos hecho odiosos a Faraón y a sus siervos y haber puesto la espada en sus manos para matarnos.» (Exodo 5, 21)

  • Dijo el enemigo: «Marcharé a su alcance, repartiré despojos, se saciará mi alma, sacaré mi espada y los aniquilará mi mano.» (Exodo 15, 9)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina