Fondare 37 Risultati per: falsos maestros

  • Así dice el Señor Yahveh: Haré desaparecer las basuras, y pondré fin a los falsos dioses de Nof. No habrá más príncipes en Egipto, y yo sembraré el terror en el país de Egipto. (Ezequiel 30, 13)

  • «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. (Mateo 7, 15)

  • Porque del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias. (Mateo 15, 19)

  • Surgirán muchos falsos profetas, que engañarán a muchos. (Mateo 24, 11)

  • Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos. (Mateo 24, 24)

  • y no lo encontraron, a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos. Al fin se presentaron dos, (Mateo 26, 60)

  • Pues surgirán falsos cristos y falsos profetas y realizarán señales y prodigios con el propósito de engañar, si fuera posible, a los elegidos. (Marcos 13, 22)

  • Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; (Lucas 2, 46)

  • ¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, pues de ese modo trataban sus padres a los falsos profetas. (Lucas 6, 26)

  • Presentaron entonces testigos falsos que declararon: «Este hombre no para de hablar en contra del Lugar Santo y de la Ley; (Hechos 6, 13)

  • Había en la Iglesia fundada en Antioquía profetas y maestros: Bernabé, Simeón llamado Níger, Lucio el cirenense, Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo. (Hechos 13, 1)

  • Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas. (I Corintios 12, 28)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina