Fondare 256 Risultati per: lavar los pies

  • El inclinó los cielos y bajó, un espeso nublado debajo de sus pies. (II Samuel 22, 10)

  • Que hace mis pies como de ciervas, y en las alturas me sostiene en pie. (II Samuel 22, 34)

  • Los quebranto, no pueden levantarse, sucumben debajo de mis pies. (II Samuel 22, 39)

  • También sabes lo que me hizo Joab, hijo de Sarvia, lo que hizo a los dos jefes de los ejércitos de Israel: a Abner, hijo de Ner, y a Amasá, hijo de Yéter, que los mató y derramó en la paz sangre de guerra; ha puesto sangre inocente en el cinturón de mi cintura y en la sandalia de mis pies. (I Reyes 2, 5)

  • «Sabes bien que mi padre David no pudo edificar una Casa al Nombre de Yahveh su Dios a causa de las guerras en que sus enemigos le envolvieron hasta que Yahveh los puso bajo la planta de sus pies. (I Reyes 5, 17)

  • Cada basa tenía cuatro ruedas de bronce y ejes de bronce; sus cuatro pies tenían asas debajo de la jofaina, y los apliques estaban fundidos... (I Reyes 7, 30)

  • Cuanto a ti, levántate y vete a tu casa; cuando tus pies entren en la ciudad, morirá el niño. (I Reyes 14, 12)

  • El resto de los hechos de Asá, toda su bravura y cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? Sólo que en su ancianidad enfermó de los pies. (I Reyes 15, 23)

  • Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: «¿Hasta cuándo vais a estar cojeando con los dos pies? Si Yahveh es Dios, seguidle; si Baal, seguid a éste.» Pero el pueblo no le respondió nada. (I Reyes 18, 21)

  • Llegó donde el hombre de Dios, al monte, y se abrazó a sus pies; se acercó Guejazí para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: «Déjala, porque su alma está en amargura y Yahveh me lo ha ocultado y no me lo ha manifestado.» (II Reyes 4, 27)

  • Entró ella y, cayendo a sus pies, se postró en tierra y salió llevándose a su hijo. (II Reyes 4, 37)

  • Fueron a enterrarla y no hallaron de ella más que el cráneo, los pies y las palmas de las manos. (II Reyes 9, 35)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina