Fondare 144 Risultati per: lavatorio de bronce

  • Yo marcharé delante de ti y allanaré las pendientes. Quebraré los batientes de bronce y romperé los cerrojos de hierro. (Isaías 45, 2)

  • Yo sabía que tú eres obstinado, que es tu cerviz una barra de hierro y tu frente de bronce. (Isaías 48, 4)

  • En vez de bronce traeré oro, en vez de hierro traeré plata, en vez de madera, bronce, y en vez de piedras, hierro. Te pondré como gobernantes la Paz, y por gobierno la Justicia. (Isaías 60, 17)

  • pues, por mi parte, mira que hoy te he convertido en plaza fuerte, en pilar de hierro, en muralla de bronce frente a toda esta tierra, así se trate de los reyes de Judá como de sus jefes, de sus sacerdotes o del pueblo de la tierra. (Jeremías 1, 18)

  • - Todos ellos son rebeldes que andan difamando; bronce y hierro; todos son degenerados. (Jeremías 6, 28)

  • ¿Se mella el hiero, el hierro del norte, y el bronce? (Jeremías 15, 12)

  • Yo te pondré para este pueblo por muralla de bronce inexpugnable. Y pelearán contigo, pero no te podrán, pues contigo estoy yo para librarte y salvarte - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 15, 20)

  • y habiendo cegado los ojos a Sedecías le ató con doble cadena de bronce para llevárselo a Babilonia. (Jeremías 39, 7)

  • A Sedecías le sacó los ojos, lo encadenó con cadenas de bronce, y el rey de Babilonia lo llevó a Babilonia, donde lo tuvo en prisión hasta el día de su muerte. (Jeremías 52, 11)

  • Los caldeos rompieron las columnas de bronce que había en la Casa de Yahveh, las basas, el Mar de bronce de la Casa de Yahveh, y se llevaron todo el bronce a Babilonia. (Jeremías 52, 17)

  • Tomaron también los ceniceros, las paletas, los cuchillos, los acetres, las cucharas y todos los utensilios de bronce de que se servían. (Jeremías 52, 18)

  • Cuanto a las dos columnas, el Mar, los doce bueyes de bronce que estaban bajo el Mar y las basas que Salomón había hecho para la Casa de Yahveh, no se pudo calcular el peso de bronce de todos aquellos objetos. (Jeremías 52, 20)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina