Fondare 46 Risultati per: ley de libertad

  • Si el esclavo declara: «Yo quiero a mi señor, a mi mujer y a mis hijos; renucio a la libertad» (Exodo 21, 5)

  • Si un hombre hiere a su siervo o a su sierva en el ojo y le deja tuerto, le dará libertad en compensación del ojo. (Exodo 21, 26)

  • Si uno salta un diente a su siervo o a su sierva, le pondrá en libertad en compensación del diente. (Exodo 21, 27)

  • No se te haga demasiado duro el dejarle en libertad, porque el haberte servido seis años vale por un doble salario de jornalero. Y Yahveh tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas. (Deuteronomio 15, 18)

  • Si más tarde resulta que ya no la quieres, la dejarás marchar en libertad, y no podrás venderla por dinero, ni hacerla tu esclava, por cuanto la has humillado. (Deuteronomio 21, 14)

  • Vivió hasta la avanzada edad de 105 años, transcurriendo su ancianidad en casa de su marido. A su sierva le concedió la libertad. Murió en Betulia y fue sepultada en la caverna de su marido Manasés. (Judit 16, 23)

  • ¿Quién dejó al onagro en libertad y soltó las amarras del asno salvaje? (Job 39, 5)

  • A todo judío llevado cautivo de Judá a cualquier parte de mi reino, le devuelvo la libertad sin rescate. Todos queden libres de tributo, incluso sobre sus ganados. (I Macabeos 10, 33)

  • Porque se ha mostrado valiente, tanto él como sus hermanos y la casa de su padre, ha combatido y rechazado a los enemigos de Israel y le ha conseguido su libertad.» Grabaron una inscripción en planchas de bronce y las fijaron en estelas en el monte Sión. (I Macabeos 14, 26)

  • Reúne a los nuestros dispersos, da libertad a los que están esclavizados entre las naciones, vuelve tus ojos a los despreciados y abominados, y conozcan los gentiles que tú eres nuestro Dios. (II Macabeos 1, 27)

  • A los que vuelvan antes del treinta del mes de Xántico se les ofrece la mano y libertad (II Macabeos 11, 30)

  • Al criado prudente ame tu alma, y no le prives de la libertad. (Eclesiástico 7, 21)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina