Fondare 86 Risultati per: púrpura

  • Mem. Para sí se hace mantos, y su vestido es de lino y púrpura. (Proverbios 31, 22)

  • Ha hecho de plata sus columnas, de oro su respaldo, de púrpura su asiento; su interior, tapizado de amor por las hijas de Jerusalén. (Cantar 3, 10)

  • Tu cabeza sobre ti, como el Carmelo, y tu melena, como la púrpura; ¡un rey en esas trenzas está preso! (Cantar 7, 6)

  • desde el que lleva púrpura y corona, hasta el que se cubre de tela grosera, sólo furor, envidia, turbación, inquietud, miedo a la muerte, resentimiento y discordia. (Eclesiástico 40, 4)

  • y vestimenta sacra, de oro y de jacinto y de púrpura, obra de bordador, y pectoral del juicio, el Urim y el Tummim, hilado de escarlata, obra de artista; (Eclesiástico 45, 10)

  • Plata laminada, de Tarsis importada, y oro de Ofir; hechura de maestro y de manos de platero (de púrpura violeta y escarlata es su vestido): todos son obra de artistas. (Jeremías 10, 9)

  • He. Los que comían manjares deliciosos desfallecen por las calles; los que se criaban entre púrpura abrazan los estercoleros. (Lamentaciones 4, 5)

  • Por muy envueltos que estén en vestidos de púrpura, tienen que lavarles la cara, debido al polvo de la casa que los recubre espesamente. (Baruc 6, 11)

  • Por la púrpura y el lino que se pudre encima de ellos, conoceréis también que no son dioses. Ellos mismos serán al fin devorados y serán un oprobio para el país. (Baruc 6, 71)

  • vestidos de púrpura, gobernadores y prefectos, todos ellos jóvenes apuestos y hábiles caballeros. (Ezequiel 23, 6)

  • De lino recamado de Egipto era tu vela que te servía de enseña. Púrpura y escarlata de las islas de Elisá formaban tu toldo. (Ezequiel 27, 7)

  • Edom era cliente tuyo por la abundancia de tus productos: daba por tus mercancías malaquita, púrpura, recamados, batista, coral y rubíes. (Ezequiel 27, 16)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina