Fondare 1097 Risultati per: palabra de Cristo

  • yo estaba entre Yahveh y vosotros para comunicaros la palabra de Yahveh, ya que vosotros teníais miedo del fuego y no subisteis a la montaña. Dijo: (Deuteronomio 5, 5)

  • No por tus méritos ni por la rectitud de tu corazón vas a tomar posesión de su tierra, sino que sólo por la perversidad de estas naciones las desaloja Yahveh tu Dios ante ti; y también por cumplir la palabra que juró a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob. (Deuteronomio 9, 5)

  • Pero si un profeta tiene la presunción de decir en mi nombre una palabra que yo no he mandado decir, y habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá.» (Deuteronomio 18, 20)

  • Acaso vas a decir en tu corazón: «¡Cómo sabremos que esta palabra no la ha dicho Yahveh?» (Deuteronomio 18, 21)

  • Si ese profeta habla en nombre de Yahveh, y lo que dice queda sin efecto y no se cumple, es que Yahveh no ha dicho tal palabra; el profeta lo ha dicho por presunción; no le tengas miedo. (Deuteronomio 18, 22)

  • Los levitas tomarán la palabra y dirán en voz alta a todos los israelitas: (Deuteronomio 27, 14)

  • Sino que la palabra está bien cerca de ti, está en tu boca y en tu corazón para que la pongas en práctica. (Deuteronomio 30, 14)

  • Como lluvia se derrame mi doctrina, caiga como rocío mi palabra, como blanda lluvia sobre la hierba verde, como aguacero sobre el césped. (Deuteronomio 32, 2)

  • Porque no es una palabra vana para vosotros, sino que es vuestra vida, y por ella prolongaréis vuestros días en el suelo que vais a tomar en posesión al pasar el Jordán.» (Deuteronomio 32, 47)

  • el que dijo de su padre y de su madre: «No los he visto.» El que no reconoce a sus hermanos y a sus hijos ignora. Pues guardan tu palabra, y tu alianza observan. (Deuteronomio 33, 9)

  • Josué había dado esta orden al pueblo: «No gritéis, ni dejéis oír vuestras voces (que no salga ni una palabra de vuestra boca) hasta el día en que yo os diga: "Gritad." Entonces gritaréis.» (Josué 6, 10)

  • No hubo ni una palabra de cuanto Moisés había mandado que no la leyera Josué en presencia de toda la asamblea de Israel, incluidas las mujeres, los niños y los forasteros que vivían en medio de ellos. (Josué 8, 35)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina