Fondare 12 Risultati per: salteadores

  • Entonces se encendió la ira de Yahveh contra Israel. Los puso en manos de salteadores que los despojaron, los dejó vendidos en manos de los enemigos de alrededor y no pudieron ya sostenerse ante sus enemigos. (Jueces 2, 14)

  • El día doce del primer mes partimos del río Ahavá para ir a Jerusalén: la mano de nuestro Dios estaba con nosotros y nos salvó en el camino de la mano de enemigos y salteadores. (Esdras 8, 31)

  • Mientras viven en paz las tiendas de los salteadores, en plena seguridad los que irritan a Dios, los que meten a Dios en su puño! (Job 12, 6)

  • Ni de ladrones y salteadores pueden defenderse estos dioses de madera, plateados y dorados; aquéllos, más fuertes que ellos, les quitan el oro, la plata y la vestimenta que los recubre, y se van con ello, sin que los dioses puedan socorrerse a sí mismos. (Baruc 6, 57)

  • Si vinieran ladrones donde ti o salteadores por la noche, ¿no te robarían lo que les bastase? Si vinieran a ti vendimiadores, ¿no dejarían rebuscos? ¡Cómo has sido arrasado! (Abdías 1, 5)

  • Y al mismo tiempo que a él crucifican a dos salteadores, uno a la derecha y otro a la izquierda. (Mateo 27, 38)

  • De la misma manera le injuriaban también los salteadores crucificados con él. (Mateo 27, 44)

  • Con él crucificaron a dos salteadores, uno a su derecha y otro a su izquierda. (Marcos 15, 27)

  • Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto. (Lucas 10, 30)

  • ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?» (Lucas 10, 36)

  • Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. (Juan 10, 8)

  • Viajes frecuentes; peligros de ríos; peligros de salteadores; peligros de los de mi raza; peligros de los gentiles; peligros en ciudad; peligros en despoblado; peligros por mar; peligros entre falsos hermanos; (II Corintios 11, 26)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina