Fondare 63 Risultati per: valientes

  • Y hubo también gaditas que se pasaron a David en el desierto, guerreros valientes, hombres de guerra, preparados para el combate, diestros con el escudo y la lanza. Sus rostros, como rostros de león, y ligeros como la gacela salvaje. (I Crónicas 12, 9)

  • Estos ayudaron a David al frente de algunas partidas, pues todos eran hombres valientes y llegaron a ser jefes en el ejército. (I Crónicas 12, 22)

  • De los hijos de Efraím, 20.800 hombres valientes, famosos en sus casas paternas. (I Crónicas 12, 31)

  • David lo supo y envió a Joab con toda la tropa y con los valientes. (I Crónicas 19, 8)

  • Este Benaías era uno de los Treinta valientes y hallábase al frente de ellos; en su sección estaba su hijo Ammizabad. (I Crónicas 27, 6)

  • David reunió en Jerusalén a todos los jefes de Israel, los jefes de las tribus, los jefes de las secciones que estaban al servicio del rey, los jefes de millar y los jefes de cien, los administradores de la hacienda y del ganado del rey y de sus hijos, a los eunucos, los valientes y todos los hombres de valor. (I Crónicas 28, 1)

  • Todos los jefes y valientes, y también todos los hijos del rey David, prestaron obediencia al rey Salomón. (I Crónicas 29, 24)

  • Abías entró en combate con un ejército de valientes guerreros: 400.000 hombres escogidos; Jeroboam se ordenó en batalla contra él con 800.000 guerreros escogidos y valerosos. (II Crónicas 13, 3)

  • Tomó también a sueldo en Israel, por cien talentos de plata, a 100.000 hombres valientes. (II Crónicas 25, 6)

  • Fue tras él Azarías, el sacerdote, y con él ochenta sacerdotes de Yahveh, hombres valientes, (II Crónicas 26, 17)

  • Pecaj, hijo de Remalías, mató en Judá en un solo día a 120.000, todos ellos hombres valientes; porque habían abandonado a Yahveh, el Dios de sus padres. (II Crónicas 28, 6)

  • Zikrí, uno de los valientes de Efraím, mató a Maasías, hijo del rey, a Azricam, mayordomo de palacio, y a Elcaná, segundo después del rey. (II Crónicas 28, 7)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina