Fondare 32 Risultati per: Ciertamente
El Señor aborrece al arrogante, ciertamente no quedará impune. (Proverbios 16, 5)
Ciertamente he examinado todo esto, y he comprobado que los justos y los sabios y sus obras están en las manos de Dios. El hombre no conoce ni el amor ni el odio, y ambas cosas son a sus ojos (Eclesiastés 9, 1)
Pues, aunque dicen: "¡Vive Dios!", ciertamente juran en falso. (Jeremías 5, 2)
¿Cómo podéis decir: Sabios somos, tenemos con nosotros la ley del Señor? Ciertamente la ha cambiado en falsedad la pluma mendaz de los escribas. (Jeremías 8, 8)
En cuanto a lo que viste, que los pies y los dedos eran parte de arcilla y parte de hierro, esto significa que era un reino dividido, aunque tendrá ciertamente la consistencia del hierro, ya que viste el hierro mezclado con la arcilla; (Daniel 2, 41)
Después el monarca dijo a Daniel: "Ciertamente vuestro Dios es el Dios de los dioses, el Señor de los reyes, el revelador de los misterios, ya que tú has podido descifrar este enigma". (Daniel 2, 47)
Entonces el rey Nabucodonosor se acercó y se quedó estupefacto; se levantó rápidamente y dijo a sus ministros: "¿No hemos echado nosotros al fuego a estos tres hombres atados?". Respondieron al rey: "Ciertamente, oh rey". (Daniel 3, 91)
No busquéis a Betel, no vayáis a Guilgal, no paséis a Bersebá; porque Guilgal irá ciertamente al destierro, y Betel será aniquilada. (Amós 5, 5)
El vino es ciertamente traicionero; así el hombre soberbio no resiste en pie; el que ensancha como el abismo sus fauces y es insaciable como la muerte querría adueñarse de todas las naciones, tener a todos los pueblos bajo su dominio. (Habacuc 2, 5)
Jesús les dijo: "Beberéis, ciertamente, mi cáliz; pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo; es para quienes ha sido reservado por mi Padre". (Mateo 20, 23)
Él lo negó otra vez. Y poco después los presentes decían a Pedro: "Ciertamente eres de ellos, porque eres galileo". (Marcos 14, 70)
preguntándose: "¿Qué haremos con estos hombres? Porque ciertamente han hecho un milagro notorio y manifiesto a todos los habitantes de Jerusalén, y no podemos negarlo. (Hechos 4, 16)