Fondare 102 Risultati per: Daniel

  • yo, Daniel, me puse a estudiar en los libros y a calcular el número de los años que, según la palabra del Señor dirigida al profeta Jeremías, debían pasar sobre las ruinas de Jerusalén: setenta semanas. (Daniel 9, 2)

  • y me dijo: "Daniel, aquí estoy; he salido ahora para ilustrar tu inteligencia. (Daniel 9, 22)

  • En el año tercero de Ciro, rey de Persia, una palabra fue revelada a Daniel, llamado por sobrenombre Baltasar; palabra verdadera, anuncio de una gran lucha. Él comprendió la palabra y alcanzó inteligencia en la visión. (Daniel 10, 1)

  • En aquellos días, yo, Daniel, me puse de luto durante tres semanas. (Daniel 10, 2)

  • Sólo yo, Daniel, contemplé la visión: los hombres que se encontraban conmigo no veían nada, pero un gran terror los invadió y huyeron a esconderse. (Daniel 10, 7)

  • Y me dijo: "Daniel, hombre preferido por Dios, presta atención a las palabras que te voy a decir e incorpórate, pues ahora he sido enviado a ti". Al decirme esto, me incorporé temblando todavía. (Daniel 10, 11)

  • Él continuó: "No temas, Daniel, pues desde el primer día que tú, con el fin de comprender, decidiste hacer penitencia ante tu Dios, fueron escuchadas tus palabras y, debido a ellas, he venido yo. (Daniel 10, 12)

  • Tú, Daniel, mantén en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo prefijado. Muchos andarán perplejos, pero aumentará el saber. (Daniel 12, 4)

  • Yo, Daniel, seguía mirando y vi a otros dos que estaban de pie, uno a la orilla derecha del río y el otro a la orilla izquierda. (Daniel 12, 5)

  • Me respondió: "Anda, Daniel, que estas palabras han de quedar cerradas y selladas hasta el momento final. (Daniel 12, 9)

  • Cuando la llevaban para matarla, Dios suscitó el santo espíritu de un muchacho llamado Daniel, (Daniel 13, 45)

  • Entonces todo el pueblo volvió en seguida atrás. Los ancianos dijeron a Daniel: "Siéntate aquí en medio de nosotros y decláranos lo que piensas, ya que Dios te ha dado la madurez de la ancianidad". (Daniel 13, 50)


“Comunguemos com santo temor e com grande amor.” São Padre Pio de Pietrelcina