Fondare 93 Risultati per: Declaración de libertad

  • Envíanos tres mil cuatrocientos kilos de plata y dos de sus hijos en rehenes para que, una vez puesto en libertad, no se vuelva contra nosotros. Entonces lo libertaremos". (I Macabeos 13, 16)

  • Envió los hijos y los tres mil cuatrocientos kilos de plata, pero Trifón faltó a la palabra y no puso en libertad a Jonatán. (I Macabeos 13, 19)

  • Pues tanto él como sus hijos y la casa de sus padres han demostrado valentía, han luchado contra los enemigos de Israel y nos han devuelto la libertad". Grabaron una inscripción en placas de bronce y las colgaron en columnas en el monte Sión. (I Macabeos 14, 26)

  • Concedo la libertad a Jerusalén y al templo, y que todas las armas que has fabricado y las fortalezas que has construido y ocupado te pertenezcan. (I Macabeos 15, 7)

  • recuperaron el templo, célebre en toda la tierra, dieron libertad a la ciudad y restablecieron las leyes a punto de ser abolidas, mostrándoseles propicio el Señor con toda benignidad, (II Macabeos 2, 22)

  • Como dio muchas seguridades de que los devolvería a todos sanos y salvos, le dieron libertad para salvar la de sus hermanos. (II Macabeos 12, 25)

  • y para que aquel pueblo, que apenas había gozado un poco de libertad, no cayera de nuevo en manos blasfemas. (II Macabeos 13, 11)

  • Ama como a ti mismo al siervo discreto, y no le niegues la libertad. (Eclesiástico 7, 21)

  • No te tomes la libertad de intimar con él ni te fíes de su palabrería, porque con su verborrea te pondrá a prueba y entre sonrisas te irá sonsacando. (Eclesiástico 13, 11)

  • No des salida al agua, ni a la mujer mala libertad de hablar. (Eclesiástico 25, 25)

  • No le des libertad en su juventud, y no cierres los ojos a sus faltas. (Eclesiástico 30, 11)

  • Haz trabajar a tu siervo, y tendrás reposo; déjale las manos libres, y buscará la libertad. (Eclesiástico 33, 26)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina