Fondare 109 Risultati per: Eterno

  • Me he quitado el vestido de la paz, me he puesto el sayal de mis súplicas; clamaré al eterno mientras viva. (Baruc 4, 20)

  • Yo espero del eterno vuestra salvación; del santo me viene la alegría, por la misericordia que pronto llegará a vosotros de parte del eterno, vuestro salvador. (Baruc 4, 22)

  • Y como las vecinas de Sión ven ahora vuestro cautiverio, así verán pronto vuestra salvación de parte de Dios, que os llegará con gran gloria y esplendor del eterno. (Baruc 4, 24)

  • Un fuego caerá sobre ella de parte del eterno por muchos días, y será morada de demonios mucho tiempo. (Baruc 4, 35)

  • Ponte el manto de la justicia de Dios, corona tu cabeza con la diadema de gloria del eterno, (Baruc 5, 2)

  • ¡Grandes son sus prodigios, poderosas sus maravillas; su reino es un reino eterno, su imperio dura por todas las edades! (Daniel 3, 100)

  • "Transcurrido aquel tiempo, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo y la razón volvió a mí; entonces bendije al altísimo, alabando y glorificando al que vive eternamente, a aquel cuyo reino es un reino eterno, cuyo imperio perdura de generación en generación. (Daniel 4, 31)

  • Se le dio poder, gloria e imperio, y todos los pueblos, naciones y lenguas le servían. Su poder era un poder eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás. (Daniel 7, 14)

  • Y el reino, el poder y la grandeza de los reinos que hay bajo todo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del altísimo; su reino será un reino eterno y todos los imperios le servirán y estarán sujetos a él. (Daniel 7, 27)

  • Susana exclamó fuertemente: "Oh Dios eterno, que ves las cosas secretas y conoces todo antes que suceda. (Daniel 13, 42)

  • Bajaba hasta las raíces de los montes. Yo ya me veía su eterno prisionero; pero tú, Señor, Dios mío, me salvaste de la muerte. (Jonás 2, 7)

  • Si tu mano o tu pie son para ti ocasión de pecado, córtatelos y tíralos lejos de ti. Más te vale entrar en la vida manco o cojo que con las dos manos o los dos pies ser arrojado al fuego eterno. (Mateo 18, 8)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina