Fondare 465 Risultati per: Fuego

  • Y haré pasar por el fuego a esta tercera parte: la purificaré como se purifica la plata, y la probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo le escucharé; yo diré: "Éste es mi pueblo", y él dirá: "El Señor es mi Dios". (Zacarías 13, 9)

  • ¿Quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién subsistirá cuando aparezca? Será como el fuego del fundidor y como la lejía de las lavanderas. (Malaquías 3, 2)

  • Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. (Mateo 3, 10)

  • Yo os bautizo en agua para que os arrepintáis; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y yo no soy digno de descalzarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. (Mateo 3, 11)

  • Tiene en su mano el bieldo, limpiará su era y recogerá su trigo en el granero; pero quemará la paja con fuego que no se apaga nunca". (Mateo 3, 12)

  • Pero yo os digo que el que se irrite con su hermano será llevado a juicio; el que insulte a su hermano será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo injurie gravemente será llevado al fuego. (Mateo 5, 22)

  • Por tanto, si tu ojo derecho te pone en peligro de pecar, arráncatelo y tíralo, porque te conviene perder uno de tus miembros antes que todo tu cuerpo sea arrojado al fuego. (Mateo 5, 29)

  • Y si tu mano derecha te pone en peligro de pecar, córtatela y tírala, porque te conviene perder uno de tus miembros antes que todo tu cuerpo vaya al fuego". (Mateo 5, 30)

  • Pues si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy es y mañana se la echa al fuego, ¿no hará más por vosotros, hombres de poca fe? (Mateo 6, 30)

  • Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. (Mateo 7, 19)

  • No tengáis miedo de los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien al que puede perder el alma y el cuerpo en el fuego. (Mateo 10, 28)

  • Como se recoge la cizaña y se quema en el fuego, así también será al fin del mundo. (Mateo 13, 40)


“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina