Fondare 65 Risultati per: Líbano

  • No es suficiente el Líbano para procurar leña, ni bastan sus animales para el holocausto. (Isaías 40, 16)

  • A ti vendrá la gloria del Líbano, con el ciprés, el olmo y el abeto para adornar el lugar de mi santuario y honrar el lugar donde resido. (Isaías 60, 13)

  • ¿Podrá faltar a la roca que domina la llanura la nieve del Líbano? ¿Se agotarán acaso las aguas de los altos, que corren frescas? (Jeremías 18, 14)

  • Pues esto dice el Señor acerca de la casa real de Judá: Eras para mí como un Galaad, como una cima del Líbano. Pero yo te transformaré en desierto, en ciudad despoblada. (Jeremías 22, 6)

  • Sube al Líbano y grita, haz resonar tu voz desde Basán, vocifera desde Albarín, porque han sido destrozados todos tus amantes. (Jeremías 22, 20)

  • Tú, que has puesto tu morada en el Líbano y anidas en los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te vengan los dolores, angustias como de mujer en parto! (Jeremías 22, 23)

  • Les dirás: Esto dice el Señor: El águila grande, de las grandes alas, de enormes plumas, de espeso plumaje abigarrado, vino al Líbano y cortó la copa de un cedro; (Ezequiel 17, 3)

  • Con cipreses de Hermón construyeron tus planchas, con cedro del Líbano hicieron tu mástil, (Ezequiel 27, 5)

  • A un cedro del Líbano de espléndido ramaje, espesa fronda y altura sublime; entre las nubes despuntaba su copa. (Ezequiel 31, 3)

  • Esto dice el Señor Dios: El día en que bajó al reino de la muerte, en señal de duelo por él cerré el abismo, contuve sus ríos y las abundantes aguas se estancaron; vestí por él de luto al Líbano, y todos los árboles del campo se secaron por él. (Ezequiel 31, 15)

  • Hice temblar a las naciones con el estrépito de su caída; cuando le hice bajar al reino de la muerte con los que bajan a la fosa, se consolaron en las moradas subterráneas todos los árboles de Edén, los bellos y magníficos árboles del Líbano, regados todos por las aguas. (Ezequiel 31, 16)

  • Sus ramas se extenderán lejos, hermosas como el ramaje del olivo, y su fragancia será como la del Líbano. (Oseas 14, 7)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina