Fondare 73 Risultati per: Maestros

  • Los maestros de la ley y los fariseos le llevaron una mujer sorprendida en adulterio, la pusieron en medio y le dijeron: (Juan 8, 3)

  • Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los maestros de la ley. (Hechos 4, 5)

  • Con esto amotinaron al pueblo, a los ancianos y a los maestros de la ley, los cuales se echaron sobre él, lo prendieron y lo llevaron al tribunal supremo. (Hechos 6, 12)

  • Se produjo un gran alboroto. Algunos maestros de la ley de la parte de los fariseos se levantaron y afirmaron enérgicamente: "Nosotros no encontramos nada malo en este hombre. ¿Y si le ha hablado un espíritu o un ángel?". (Hechos 23, 9)

  • Y así Dios ha puesto en la Iglesia en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas; en tercero, a los maestros; luego, los que tienen el poder de hacer milagros; después, los que tienen el don de curar, de asistir a los necesitados, de gobernar, de hablar lenguas extrañas. (I Corintios 12, 28)

  • ¿Son todos apóstoles? ¿O todos profetas? ¿O todos maestros? ¿Tienen todos el poder de hacer milagros? (I Corintios 12, 29)

  • Él a unos constituyó apóstoles; a otros, profetas; a unos evangelistas, y a otros pastores y maestros, (Efesios 4, 11)

  • pretendiendo ser maestros de la ley, sin comprender ni lo que dicen ni lo que categóricamente afirman. (I Timoteo 1, 7)

  • Tú, en cambio, permanece fiel en lo que has aprendido y de lo que estás convencido. Conoces bien a tus maestros. (II Timoteo 3, 14)

  • Pues vendrá el tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina, sino que, llevados de sus caprichos, buscarán maestros que les halaguen el oído; (II Timoteo 4, 3)

  • Pues debiendo ser ya maestros por razón del tiempo, todavía tenéis necesidad de que se os enseñen los primeros rudimentos de oráculos divinos, y habéis llegado a tener necesidad de leche, no de alimento sólido. (Hebreos 5, 12)

  • Hermanos míos, no queráis ser todos maestros, sabiendo que tendremos un juicio más severo. (Santiago 3, 1)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina