Fondare 329 Risultati per: Mandó

  • Y Ajab mandó llamar a todos los israelitas y reunió a los profetas en el monte Carmelo. (I Reyes 18, 20)

  • Ben Hadad mandó a decirle: "Esto y cosa peor hagan conmigo los dioses si el polvo de Samaría basta para llenar los puños de toda la gente que me sigue". (I Reyes 20, 10)

  • Cuando Ben Hadad se enteró de esta respuesta, estaba con los reyes, bebiendo en las tiendas, y mandó a sus súbditos: "¡A formar!". Y formaron contra la ciudad. (I Reyes 20, 12)

  • Se puso en camino y mandó decir a Josafat, rey de Judá: "El rey de Moab se ha rebelado contra mí. ¿Quieres venir conmigo a la guerra contra Moab?". Contestó: "Iré, pues tú y yo, tu pueblo y mi pueblo, tu caballería y mi caballería somos una misma cosa". (II Reyes 3, 7)

  • dijo a su padre: "¡Ay mi cabeza! ¡Ay mi cabeza!". Entonces el padre mandó a un criado: "Llévaselo a su madre". (II Reyes 4, 19)

  • Mandó aparejar el asna, y dijo al criado: "Ve guiando, y no me detengas hasta que yo no te lo indique". (II Reyes 4, 24)

  • Cuando Eliseo, el hombre de Dios, se enteró de que el rey había rasgado sus vestiduras, le mandó a decir: "¿Por qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que en Israel hay un profeta". (II Reyes 5, 8)

  • Pero Eliseo le mandó a decir: "Anda, báñate siete veces en el Jordán, y tu cuerpo quedará limpio". (II Reyes 5, 10)

  • Pero el hombre de Dios mandó a decir al rey de Israel: "No pases por tal lugar, porque los sirios están allí emboscados". (II Reyes 6, 9)

  • El rey de Israel, pues, mandó gente al lugar que el hombre de Dios le había avisado, y estuvo en guardia no una ni dos veces. (II Reyes 6, 10)

  • Tomaron dos carros con los caballos, y el rey los mandó seguir al ejército de los sirios. (II Reyes 7, 14)

  • Él preguntó a la mujer, y ella se lo contó todo. Y el monarca mandó a un eunuco con esta orden: "Que le devuelvan todas sus propiedades y el producto de sus campos desde el día que abandonó el país hasta ahora". (II Reyes 8, 6)


“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina