Fondare 459 Risultati per: Mesa de los Panes de la Presencia

  • Pero Daniel mandó a sus criados que trajeran ceniza y la esparcieron con un cedazo por todo el templo en presencia del rey; lego salieron, cerraron la puerta, la sellaron con el anillo del rey y se fueron. (Daniel 14, 14)

  • Abrieron la puerta, el rey echó una ojeada a la mesa y exclamó en alta voz: "Grande eres, Bel, y no hay en ti engaño alguno". (Daniel 14, 18)

  • Y, encolerizado, el rey hizo apresar a los sacerdotes con sus mujeres y sus hijos. Ellos le mostraron la puerta secreta por la cual entraban a consumir lo que había en la mesa. (Daniel 14, 21)

  • Y mandó sacar del foso a Daniel y arrojar allá a los que habían tramado su ruina, los cuales fueron devorados al instante en su presencia. (Daniel 14, 42)

  • En dos días nos dará la vida, al tercero nos levantará y en su presencia viviremos. (Oseas 6, 2)

  • quemad panes sin levadura en acción de gracias; pregonad vuestras ofrendas voluntarias, pregonadlas, israelitas, pues eso es lo que os gusta, dice el Señor. (Amós 4, 5)

  • Te han echado de tu tierra, se han burlado de ti todos tus aliados, te han engañado tus amigos. Los mismos que comen a tu mesa han tendido lazos a tus pies: "Ha perdido la razón". (Abdías 1, 7)

  • Jonás partió, pero para huir a Tarsis, lejos del Señor. Llegó a Jafa, donde encontró una nave que se dirigía a Tarsis; pagó su pasaje y se embarcó para ir con ellos a Tarsis, huyendo de la presencia del Señor. (Jonás 1, 3)

  • Aquellos hombres, llenos de miedo, le dijeron: "¿Por qué has hecho esto?". (Por lo que había dicho sabían que huía de la presencia del Señor). (Jonás 1, 10)

  • Y añadió: Poned sobre su cabeza un turbante limpio. Pusieron sobre su cabeza un turbante limpio y le vistieron en presencia del ángel del Señor. (Zacarías 3, 5)

  • El ángel me respondió: Son los cuatro vientos del cielo, que salen de la presencia del Señor de toda la tierra. (Zacarías 6, 5)

  • Cuando afirmáis que la mesa del Señor no tiene ninguna importancia; que no es nada malo ofrecer en sacrificio una res ciega, coja o enferma. ¡Ofrécesela, pues, a tu gobernador, a ver si la acepta y te recibe bien! -dice el Señor todopoderoso-. (Malaquías 1, 8)


“Nossa Senhora recebeu pela inefável bondade de Jesus a força de suportar até o fim as provações do seu amor. Que você também possa encontrar a força de perseverar com o Senhor até o Calvário!” São Padre Pio de Pietrelcina