Fondare 1455 Risultati per: Moisés y faraón de Egipto

  • Entonces rompió a llorar a voz en grito, de modo que lo oyeron los egipcios, y la noticia llegó a casa del Faraón. (Génesis 45, 2)

  • Entonces él les dijo: "Acercaos a mí". Y ellos se acercaron. Él dijo: "Yo soy José, vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. (Génesis 45, 4)

  • No fuisteis vosotros los que me enviasteis aquí, sino Dios. Él me ha hecho padre del Faraón y señor de toda su casa, gobernador de todo el país de Egipto. (Génesis 45, 8)

  • Subid aprisa a mi padre y decidle: Esto dice tu hijo José: Dios me ha constituido señor de todo Egipto, baja hasta mí sin tardar. (Génesis 45, 9)

  • Contad a mi padre lo importante que soy en Egipto y todo lo que habéis visto; daos prisa en traer aquí a mi padre". (Génesis 45, 13)

  • Llegó a casa del Faraón la noticia de que habían venido los hermanos de José, y el Faraón y sus servidores se alegraron. (Génesis 45, 16)

  • El Faraón dijo a José: "Di a tus hermanos: Haced lo siguiente: cargad vuestros asnos y volved a la tierra de Canaán. (Génesis 45, 17)

  • Tomad a vuestro padre y a vuestras familias y volved acá. Yo os daré lo mejor de la tierra de Egipto y disfrutaréis de lo mejor de ella. (Génesis 45, 18)

  • Tú tienes autoridad para ordenar: Haced esto: tomad de la tierra de Egipto carros para vuestros niños y mujeres, tomad a vuestro padre y venid. (Génesis 45, 19)

  • No os duela dejar vuestras casas, porque lo mejor de la tierra de Egipto será para vosotros". (Génesis 45, 20)

  • Así lo hicieron los hijos de Israel. José les proporcionó carros conforme a la orden del Faraón y les proveyó de víveres para el camino. (Génesis 45, 21)

  • Envió a su padre diez asnos cargados con lo mejor de la tierra de Egipto y diez asnas cargadas de trigo, pan y comida para el camino. (Génesis 45, 23)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina