Fondare 485 Risultati per: Pecado de Adorar un Becerro

  • que se entregó a sí mismo por nosotros para redimirnos y hacer de nosotros un pueblo escogido, limpio de todo pecado y dispuesto a hacer siempre el bien. (Tito 2, 14)

  • pues está pervertido y, al perseverar en su pecado, se está condenando a sí mismo. (Tito 3, 11)

  • Más bien, animaos mutuamente cada día mientras dura este "hoy", de modo que ninguno de vosotros se endurezca por la seducción del pecado. (Hebreos 3, 13)

  • Pues no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, ya que fue probado en todo a semejanza nuestra, a excepción del pecado. (Hebreos 4, 15)

  • porque, de otro modo, hubiese tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo; pero ahora se ha manifestado una sola vez, al fin de los tiempos, para abolir el pecado por su sacrificio. (Hebreos 9, 26)

  • así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados del mundo, aparecerá una segunda vez, sin pecado, para dar la salvación a los que le esperan. (Hebreos 9, 28)

  • De otro modo, ¿no hubiesen cesado de ofrecerlos, supuesto que quienes ofrecían este culto, purificados una vez para siempre, no tendrían ya conciencia alguna de pecado? (Hebreos 10, 2)

  • No te han agradado los holocaustos ni los sacrificios por el pecado. (Hebreos 10, 6)

  • Primero dice que no ha querido sacrificios ni ofrendas y que no le han agradado los holocaustos y los sacrificios por el pecado; (Hebreos 10, 8)

  • Ahora bien, donde hay perdón de los pecados no hay necesidad de ofrenda por el pecado. (Hebreos 10, 18)

  • escogiendo más bien ser maltratado con el pueblo de Dios que disfrutar de las delicias pasajeras del pecado; (Hebreos 11, 25)

  • Precisamente por eso también nosotros, envueltos como estamos en una gran nube de testigos, debemos liberarnos de todo aquello que es un peso para nosotros y del pecado, que fácilmente nos seduce, y correr con perseverancia en la prueba que se nos propone, (Hebreos 12, 1)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina