Fondare 80 Risultati per: Tropas

  • Luego confió el país a Alcimo, le dejó tropas de apoyo y se volvió adonde el rey. (I Macabeos 7, 20)

  • Si tienes confianza en tus tropas, baja a la llanura y allí mediremos nuestras fuerzas, pues yo tengo conmigo la flor de los combatientes. (I Macabeos 10, 71)

  • Por entonces, Jonatán reunió las tropas de Judea para atacar la ciudadela de Jerusalén, emplazando contra ella muchas máquinas de guerra. (I Macabeos 11, 20)

  • De momento harás bien mandándome tropas, porque mis soldados me han abandonado". (I Macabeos 11, 43)

  • Las tropas que había licenciado Demetrio se pusieron del lado del rey y lucharon contra Demetrio, el cual tuvo que huir derrotado. (I Macabeos 11, 55)

  • Trifón, al ver las tropas con que había llegado, tuvo miedo de echarle mano. (I Macabeos 12, 42)

  • Despídelos, quédate con unos cuantos y ven conmigo a Tolemaida. Te entregaré la ciudad y demás fortalezas, así como el resto de las tropas y todos los funcionarios; después me volveré, pues sólo he venido para esto". (I Macabeos 12, 45)

  • Jonatán le creyó e hizo como le dijo; licenció a las tropas, que regresaron a Judá. (I Macabeos 12, 46)

  • Entretanto, Trifón salió de Tolemaida con numerosas tropas para invadir Judea, llevando consigo a Jonatán prisionero. (I Macabeos 13, 12)

  • Si algunos de vuestros hombres quieren alistarse en nuestras tropas, que se alisten. Y haya paz entre nosotros". (I Macabeos 13, 40)

  • Puesto que hombres malvados se han apoderado del reino de nuestros padres, me he propuesto recobrarlo para restablecer la situación anterior. He reunido numerosas tropas y equipado naves de guerra (I Macabeos 15, 3)

  • El rey nombró a Cendebeo general, entregándole una parte de las tropas de infantería y de caballería. (I Macabeos 15, 38)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina