Fondare 36 Risultati per: auxilio

  • Judas ordenó que la cabeza de Nicanor fuera colgada en la ciudadela como señal manifiesta del auxilio de Dios. (II Macabeos 15, 35)

  • Él reserva su auxilio para los hombres rectos, es un escudo para los que proceden con honestidad. (Proverbios 2, 7)

  • Los ojos del Señor se posan sobre quienes lo aman: poderosa protección y fuerte apoyo, abrigo contra el viento abrasador y sombra contra el calor del mediodía, guarda contra el tropiezo y auxilio contra la caída. (Eclesiástico 34, 16)

  • Riquezas y fuerza levantan el corazón; pero más que ambos, el temor del Señor; porque con el temor del Señor nada falta, y con él no hay por qué buscar auxilio. (Eclesiástico 40, 26)

  • También él es diestro en atraer desdichas, y no ha cambiado su palabra. Se levantará contra la casa de los malvados y contra el auxilio de los malhechores. (Isaías 31, 2)

  • no temas, porque yo estoy contigo; no te asustes, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerza, soy tu auxilio y te sostengo con mi diestra victoriosa. (Isaías 41, 10)

  • Entonces las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén podrán ir a pedir auxilio a los dioses a quienes han quemado incienso; a buen seguro que estos dioses no los salvarán en el día de su angustia. (Jeremías 11, 12)

  • ¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que tú escuches? Yo te grito: "¡Violencia!", y tú no salvas. (Habacuc 1, 2)

  • Porque, ciertamente, no vino en auxilio de los ángeles, sino que vino en auxilio de la descendencia de Abrahán. (Hebreos 2, 16)

  • Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y hallar la gracia del auxilio oportuno. (Hebreos 4, 16)

  • Esto es lo que vamos a hacer con el auxilio de Dios. (Hebreos 6, 3)

  • No te dejaré ni te abandonaré; de suerte que podemos decir con confianza: El Señor es mi auxilio; no temeré. ¿Qué podrán hacerme los hombres? (Hebreos 13, 6)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina