Fondare 502 Risultati per: batalla por el poder

  • el mismo Espíritu a uno le concede el don de la fe; a otro el poder de curar a los enfermos; (I Corintios 12, 9)

  • Y así Dios ha puesto en la Iglesia en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas; en tercero, a los maestros; luego, los que tienen el poder de hacer milagros; después, los que tienen el don de curar, de asistir a los necesitados, de gobernar, de hablar lenguas extrañas. (I Corintios 12, 28)

  • ¿Son todos apóstoles? ¿O todos profetas? ¿O todos maestros? ¿Tienen todos el poder de hacer milagros? (I Corintios 12, 29)

  • Si la corneta da un sonido indefinido, ¿quién se pondrá en orden de batalla? (I Corintios 14, 8)

  • Entonces vendrá el fin, cuando él destruya todo señorío, todo poder y toda fuerza y entregue el reino a Dios Padre. (I Corintios 15, 24)

  • con la palabra de verdad, con el poder de Dios; mediante las armas ofensivas y defensivas de la justicia; (II Corintios 6, 7)

  • Me alegro de poder confiar plenamente en vosotros. (II Corintios 7, 16)

  • y si yo presumo algo más de la cuenta del poder que el Señor me ha dado para vuestro provecho y no para vuestra ruina, no me arrepiento de ello. (II Corintios 10, 8)

  • y las tres me ha respondido: "Te basta mi gracia, pues mi poder triunfa en la flaqueza". Con gusto, pues, presumiré de mis flaquezas para que se muestre en mí el poder de Cristo. (II Corintios 12, 9)

  • puesto que buscáis una prueba de que Cristo habla en mí. Cristo no ha sido débil con vosotros, ha demostrado su poder entre vosotros. (II Corintios 13, 3)

  • Fue crucificado en razón de su flaqueza, pero ahora vive por el poder de Dios. Yo también participo de su debilidad y participaré, frente a vosotros, de su poderosa vida divina. (II Corintios 13, 4)

  • Porque no tengo ningún poder contra la verdad; sólo lo tengo a favor de ella. (II Corintios 13, 8)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina