Fondare 19 Risultati per: maldiciones divinas

  • El sacerdote pondrá por escrito estas maldiciones y las disolverá en el agua amarga. (Números 5, 23)

  • Pero si no obedeces al Señor, tu Dios, y no pones en práctica todos sus mandamientos y todas sus leyes que yo te prescribo hoy, vendrán sobre ti y te alcanzarán las maldiciones siguientes: (Deuteronomio 28, 15)

  • Todas estas maldiciones vendrán sobre ti, te perseguirán y te alcanzarán hasta destruirte por no haber obedecido al Señor, tu Dios, observando los mandamientos y leyes que él te ha prescrito. (Deuteronomio 28, 45)

  • el Señor no le perdonará, sino que la ira y la indignación del Señor se encenderán contra él, y todas las maldiciones escritas en este libro caerán sobre él hasta borrar su nombre de debajo de los cielos. (Deuteronomio 29, 19)

  • El Señor lo separará de las tribus de Israel para su perdición, según las maldiciones de la alianza escritas en este libro de la ley. (Deuteronomio 29, 20)

  • Por eso la ira del Señor se encendió contra esta tierra hasta hacer venir sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro. (Deuteronomio 29, 26)

  • El Señor, tu Dios, hará recaer todas estas maldiciones sobre tus enemigos y sobre los que te hayan odiado y perseguido. (Deuteronomio 30, 7)

  • Cuando el rey David llegó a Bajurín, salió de allí un hombre del mismo clan de Saúl, llamado Semeí, hijo de Guerá. Salía profiriendo maldiciones. (II Samuel 16, 5)

  • Esto dice el Señor: Voy a traer la desgracia sobre este lugar y sobre sus habitantes, es decir, todas las maldiciones escritas en el libro que ha sido leído al rey de Judá, (II Crónicas 34, 24)

  • Quebrantar y despreciar las leyes divinas no queda sin castigo, como lo demuestra lo que sigue. (II Macabeos 4, 17)

  • Los de dentro, seguros y confiados en la robustez de la fortaleza, proferían maldiciones e insultos. (II Macabeos 10, 34)

  • Ella: Ponme como sello sobre tu corazón, como sello sobre tu brazo; porque es fuerte el amor como la muerte; inflexibles, como el infierno, son los celos. Flechas de fuego son sus flechas, llamas divinas son sus llamas. (Cantar 8, 6)


“Não sejamos mesquinhos com Deus que tanto nos enriquece.” São Padre Pio de Pietrelcina