Fondare 692 Risultati per: mujer estéril

  • A los casados les mando (es decir, no yo, sino el Señor) que la mujer no se separe del marido; (I Corintios 7, 10)

  • y si se separa, que no se case o que se reconcilie con su marido; y que el marido no se divorcie de la mujer. (I Corintios 7, 11)

  • A los demás les digo yo, no el Señor: Si un cristiano está casado con una mujer pagana, pero acepta vivir con él, que no se divorcie de ella. (I Corintios 7, 12)

  • Y si una mujer cristiana está casada con un hombre no creyente, pero acepta vivir con ella, que no se divorcie de él. (I Corintios 7, 13)

  • Pues el marido no creyente queda consagrado a Dios por la mujer cristiana, y la mujer no creyente queda consagrada a Dios por el marido cristiano; de lo contrario, vuestros hijos serían impuros, mientras que ahora pertenecen al pueblo de Dios. (I Corintios 7, 14)

  • En realidad, ¿cómo vas a saber tú, mujer, si conseguirás salvar a tu marido? ¿Y tú, marido, si conseguirás salvar a tu mujer? (I Corintios 7, 16)

  • ¿Estás unido a mujer? No busques la separación. ¿Estás soltero? No te cases. (I Corintios 7, 27)

  • Pero si te casas, no pecas. Y si una mujer soltera se casa, tampoco peca. Lo que pasa es que yo quisiera evitaros los problemas que vais a tener en el matrimonio. (I Corintios 7, 28)

  • Por tanto, los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; (I Corintios 7, 29)

  • El casado se preocupa de las cosas del mundo y de cómo agradar a la mujer; está, pues, dividido. (I Corintios 7, 33)

  • La mujer no casada y la joven soltera se preocupan de las cosas del Señor, y se consagran a él en cuerpo y alma. Pero la que está casada se preocupa de las cosas del mundo y de cómo agradar a su marido. (I Corintios 7, 34)

  • La mujer está ligada todo el tiempo que vive su marido; pero si el marido se muere, queda libre para casarse con quien quiera, con tal que sea cristiano. (I Corintios 7, 39)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina