Fondare 322 Risultati per: pasión de Cristo

  • No hay condenación alguna para los que están unidos a Cristo Jesús. (Romanos 8, 1)

  • Porque la ley del espíritu, que da la vida en Cristo Jesús, me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. (Romanos 8, 2)

  • pero vosotros no vivís según la carne, sino según el espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pues si alguno no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. (Romanos 8, 9)

  • Y si Cristo está en vosotros, el cuerpo ciertamente está muerto por el pecado, pero el espíritu está vivo por la justicia. (Romanos 8, 10)

  • Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu, que habita en vosotros. (Romanos 8, 11)

  • Y si somos hijos, somos también herederos: herederos de Dios, coherederos de Cristo; si es que padecemos con él, para ser también glorificados con él. (Romanos 8, 17)

  • ¿Quién será el que condene? Cristo Jesús, el que murió, mejor dicho, el que resucitó, el que está a la diestra de Dios y el que intercede por nosotros. (Romanos 8, 34)

  • ¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo? ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada? (Romanos 8, 35)

  • ni la altura ni la profundidad, ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor. (Romanos 8, 39)

  • Quisiera ser objeto de maldición, separado incluso de Cristo, por el bien de mis hermanos, los de mi propia raza; (Romanos 9, 3)

  • de ellos son también los patriarcas; de ellos procede Cristo en cuanto hombre, el que está por encima de todas las cosas y es Dios bendito por los siglos. Amén. (Romanos 9, 5)

  • porque el fin de la ley es Cristo, para justificación de todo el que cree. (Romanos 10, 4)


“Lembre-se de que os santos foram sempre criticados pelas pessoas deste mundo, e puseram sob seus pés o mundo e as suas máximas .” São Padre Pio de Pietrelcina