Fondare 400 Risultati per: poder

  • cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y llenó de poder a Jesús de Nazaret, el cual pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el demonio, porque Dios estaba con él. (Hechos 10, 38)

  • Y ahora os encomiendo a Dios y a su mensaje de amor, que tiene poder para construir el edificio y dar la herencia a todos los consagrados. (Hechos 20, 32)

  • "Feliz me considero, oh rey Agripa, al poder defenderme ante ti de todas las acusaciones de los judíos, (Hechos 26, 2)

  • a abrirles los ojos, para que pasen de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios; para que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los consagrados. (Hechos 26, 18)

  • Durante muchos días no aparecieron ni el sol ni las estrellas, y teníamos encima una tempestad tan fuerte, que perdimos toda esperanza de poder salvarnos. (Hechos 27, 20)

  • constituido Hijo de Dios en poder según el Espíritu de santificación por su resurrección de la muerte) Jesucristo, nuestro Señor, (Romanos 1, 4)

  • Yo no me avergüenzo del evangelio, que es poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del judío primero y también del griego. (Romanos 1, 16)

  • Desde la creación del mundo, lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, se pueden descubrir a través de las cosas creadas. Hasta el punto que no tienen excusa (Romanos 1, 20)

  • Sabemos que la ley es espiritual, pero yo soy carnal, vendido como esclavo al poder del pecado. (Romanos 7, 14)

  • Pues la Escritura dice al Faraón: Te he constituido para mostrar en ti mi poder y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra. (Romanos 9, 17)

  • ¿O es que el alfarero no tiene poder sobre el barro para hacer de una misma masa un vaso de lujo y otro corriente? (Romanos 9, 21)

  • ¿Qué tienes tú que decir en contra, si Dios, queriendo manifestar su indignación y dar a conocer su poder, soportó con gran paciencia a los que estaban preparados para la destrucción; (Romanos 9, 22)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina