Fondare 425 Risultati per: reino unido

  • Al que no está unido a mí se lo echa fuera, como a los sarmientos, que se los amontona, se secan y se los prende fuego para que se quemen. (Juan 15, 6)

  • Jesús respondió: "Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis súbditos lucharían para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí". (Juan 18, 36)

  • Después de su pasión se presentó a ellos, dándoles muchas pruebas evidentes de que estaba vivo: se apareció durante cuarenta días y les habló de las cosas del reino de Dios. (Hechos 1, 3)

  • Los que estaban con él le preguntaron: "Señor, ¿vas a restablecer ya el reino de Israel?". (Hechos 1, 6)

  • Pero cuando Felipe les habló del reino de Dios y de Jesucristo, hombres y mujeres creyeron en él y se bautizaron. (Hechos 8, 12)

  • Luego pidieron rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu de Benjamín, que reinó durante cuarenta años. (Hechos 13, 21)

  • animando a los discípulos, exhortándolos a permanecer en la fe y diciéndoles que tenemos que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios. (Hechos 14, 22)

  • Pablo entró después en la sinagoga, donde habló con absoluta libertad durante tres meses, discutiendo y esforzándose por convencerlos acerca del reino de Dios. (Hechos 19, 8)

  • Yo sé que todos vosotros, entre los que he pasado predicando el reino, no me volveréis a ver. (Hechos 20, 25)

  • Señalaron un día, y fueron a su alojamiento en mayor número. Desde la mañana hasta la tarde les anunció el reino de Dios, dando testimonio y esforzándose por convencerlos de quién era Jesús, apoyándose en la ley de Moisés y en los profetas. (Hechos 28, 23)

  • predicando el reino de Dios y enseñando las cosas referentes al Señor Jesucristo con toda libertad y sin obstáculo alguno. (Hechos 28, 31)

  • sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre aquellos que no habían cometido un delito como el de Adán, que es figura del que había de venir. (Romanos 5, 14)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina