Judit, 3

2. «Nosotros, siervos del gran rey Nabucodonosor, nos postramos ante ti. Trátanos como mejor te parezca.

Versi relativi a Judit, 3:

Judite 3 describe la preparación del ejército asirio de Holofernes para invadir varias naciones, incluida Judá. El capítulo también menciona la opresión de los israelitas por Nabucodonosor, rey de Asiria. Aquí hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en Judite 3:

Daniel 1:2: "El Señor entregó a las manos de Nabucodonosor, rey de Judá, algunos de los utensilios del templo de Dios. Los llevó a la tierra de Sinar, al templo de sus dioses, y colocó los utensilios en el tesoro de su dios ". Este verso menciona la opresión de los israelitas por Nabucodonosor, que es un tema en Judite 3.

2 reyes 17:5-6: "El rey de Asiria invadió toda la tierra y rodeó a Samaria. Durante tres años lo buscó, y en el noveno año del reinado de Oseiah, el rey de Asiria tomó a Samaria y tomó la gente de Israel al exiliar en Asiria. Los colocó en Hala, Habor, el río Gozã y en las ciudades de los miedos ". Este versículo describe la invasión de Asiria en Israel, que es similar a la invasión planificada de Judite 3.

Isaías 10:5-7: "¡Ay de Asiria, la vara de mi ira, en cuyas manos es el palo de mi castigo!, Para parpadearlo como si el barro de las calles". Este versículo describe a Dios usando Asiria como un instrumento de castigo contra las naciones malvadas, que se puede ver en Judith 3.

2 Crónicas 36:15-16: "El Señor, el dios de sus antepasados, los envió constantemente mensajeros, porque tenía compasión por su pueblo y su hogar. Pero se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaban sus palabras y se escaparon de sus profetas , hasta que la ira del Señor contra su pueblo se volvió tan grande que no había remedio ". Este versículo describe cómo el pueblo de Israel se desvió de Dios y se burló de sus profetas, lo que puede haber contribuido a la opresión de los israelitas por Nabucodonosor.

2 Crónicas 33:11-13: "Por lo tanto, el Señor trajo contra ellos los comandantes del ejército del rey de Asiria, que arrestó a Manasés, lo ató con cadenas y lo llevó a Babilonia. En su angustia, buscó el favor de Señor, su Dios, y se humidó profundamente ante el Dios de sus antepasados. Y cuando le rezó a él, el Señor lo escuchó y respondió su súplica, trayéndolo de regreso a Jerusalén y su reino.