21. Después un ángel vigoroso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la tiró al mar, diciendo: Así, de un golpe, será tirada Babilonia, la gran ciudad, y no se la encontrará jamás.





“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina