19. Por eso, cuando el Señor, tu Dios, te haya puesto a seguro de todos tus enemigos que te rodean, en la tierra que está para darte en heredad, borrarás el recuerdo de Amalec de debajo del cielo. No lo olvides.





“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina