3. Emplearon en ello cuarenta días, porque ése era el tiempo requerido para embalsamar. Los egipcios lo lloraron por espacio de setenta días.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina