29. Al instante los que iban a torturarlo para hacerlo hablar se fueron. Y el comandante tuvo miedo, al darse cuenta de que era romano y que lo había encadenado.





“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina