Josué, 8
20. Cuando las gentes de Ay volvieron la vista atrás, vieron una humareda que subía de la ciudad hasta el cielo. Ya no pudieron ponerse a salvo por ningún lado, porque los israelitas que huían hacia el desierto se volvieron contra ellos.
20. Cuando las gentes de Ay volvieron la vista atrás, vieron una humareda que subía de la ciudad hasta el cielo. Ya no pudieron ponerse a salvo por ningún lado, porque los israelitas que huían hacia el desierto se volvieron contra ellos.
“Há duas razões principais para se orar com muita satisfação: primeiro para render a Deus a honra e a glória que Lhe são devidas. Segundo, para falar com São Padre Pio de Pietrelcina