56. Así hizo caer Dios sobre la cabeza de Abimelec todo el mal que él había hecho a su padre, matando a sus setenta hermanos.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina