25. Llegado éste a Jerusalén y fingiendo venir en son de paz esperó hasta el día santo del sábado. Aprovechando el descanso de los judíos, mandó a sus tropas que se equiparan con las armas,





“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina