Lucas, 19
33. Cuando desataban el pollino, les dijeron los dueños: «¿Por qué desatáis el pollino?»
33. Cuando desataban el pollino, les dijeron los dueños: «¿Por qué desatáis el pollino?»
En Lucas 19, Jesús encuentra y salva a Zacchaeus, un recaudador de impuestos, y le dice a la parábola de las diez minas, donde un hombre confía en sus activos a sus siervos antes de irse. Los versos seleccionados son los siguientes:
Deuteronomio 14:28-29: "Después de tres años, tomará el diezmo de todas las frutas del tercer año, y lo depositará en sus ciudades. Luego, el Levite vendrá, porque no tiene parte o herencia con usted , así como el extranjero, el huérfano y la viuda, que están dentro de tus ciudades, y comerán hasta que estén hartos; que el Señor puede bendecirte en cada trabajo que hacen tus manos ". Este versículo se relaciona con el hecho de que Zacchaeus devolvió el dinero que había extorsionado cuatro veces más y prometió dar a los pobres la mitad de sus bienes.
Proverbios 28:13: "Lo que cubre sus transgresiones nunca prosperará; pero lo que los confiesa y dejará a la misericordia". Este pasaje se relaciona con la historia de Zacchaeus porque admitió su pecado y prometió hacer reparaciones.
Lucas 6:38: "Por lo tanto, y se le dará a usted; buena medida, reprimida, sacudida, desbordante, generosamente le dará; porque con la medida con la que ha medido también lo medirá". Este pasaje se relaciona con la parábola de las diez minas en Lucas 19, donde los sirvientes son recompensados por invertir bien los recursos que se les confían.
2 Corintios 9:6: "Pero yo digo esto: el que siembra poco también cosechará; y lo que siembra con abundancia con abundancia también cosechará". Este versículo se relaciona con la parábola de las diez minas, donde el sirviente que invirtió con éxito sus minas recibió diez ciudades como recompensa.
Hechos de los Apóstoles 16:31: "Y dijeron, creen en el Señor Jesús y serán salvos, usted y su casa". Este pasaje se relaciona con la historia de Zacchaeus, que fue salvado por Jesús debido a su fe y arrepentimiento, y su casa también fue bendecida por ella.
“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina