13. Saliendo, pues, de noche por la puerta del Valle, me dirigí hacia la Fuente del Dragón y hacia la puerta del Muladar: inspeccioné la muralla de Jerusalén por donde tenía brechas, y las puertas que habían sido devoradas por el fuego.





“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina