3. En aquel día los cánticos del templo se convertirán en aullidos, -dice el Señor, Dios-. Serán muchos los cadáveres; silenciosamente se los arrojará en cualquier lugar.





“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina