Deuteronomio, 32
27. pero pensé en la arrogancia de los enemigos, en la falsa interpretación que ellos harían: Ha sido nuestra mano poderosa, y no el Señor, la que hizo todo esto.
27. pero pensé en la arrogancia de los enemigos, en la falsa interpretación que ellos harían: Ha sido nuestra mano poderosa, y no el Señor, la que hizo todo esto.
“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina