16. Ellos cerraron el templo, practicaron una abertura en el techo y, a pedradas, acabaron con el jefe (y los que habían entrado en él); los despedazaron y tiraron sus cabezas a los de afuera.





“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina