4. Cuando yo era joven y me encontraba en la tierra de Israel, toda la tribu de nuestro padre Neftalí se había separado de la dinastía de David y de Jerusalén, ciudad elegida entre todas las tribus de Israel para ofrecer sacrificios, pues allí se había construido y consagrado para siempre el templo, morada de Dios.





“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina