10. Después David bendijo a Yavé en presencia de toda la asamblea. Dijo: «Bendito tú, oh Yavé, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre hasta siempre.





“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina